Pero fue en mi vida, que lograste este enorme, magnifico cambio de pensamiento.
El viernes, comenzaré a asistir a un diplomado de creación literaria y ya no quiero, ni por asomo de duda, dejar de escribir. Deseo fluir como el agua. Ser como ella. Dejar salir las letras que se agolpan en mi cerebro y se convierten en una maraña de palabras...
Gracias Héctor. Vienen semanas muy pesadas debido al trabajo, el diplomado y otros cursos que tengo pendientes por tomar; pero ahora sé qué es lo que quiero y es el camino hacia donde el Señor me está llevando. Si es algo que amo tan profundamente, ¿Por qué dejar de hacerlo? Ahora, después de muchos años, empiezo a pensar en la posibilidad de ser publicada... Eso es algo que jamás hubiera imaginado. Gracias de nuevo Héctor.
Que Dios te dé un maravilloso amanecer cada día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario