miércoles, 30 de julio de 2014

AUSENCIA

Las salas de espera de las terminales de autobuses, 
tienen 
mil ochocientas cuarenta y seis caras distintas por hora.

En la nuestra, 
se puede ver el luto en los ojos. 
La ausencia de una caricia en la piel. 
La tristeza, 
la angustia de la incertidumbre.

Hablo de nosotros, 
como si un nosotros nos hiciera envejecer juntos; 
quizá sea el miedo a lo que no se si vendrá.



Y llego a Sin City.

Con la vida en dos maletas. 
Con el alma llena de divorcio, 
con el corazón completo de la falta que me harás 
ahora que tu te quedaste en casa con el perro 
y yo me fui lejos, 
con un libro de hojas gastadas que ya no puedo leer, por tanto llorar
desde que me dijiste:

"Si te vas, no te molestes en regresar".