jueves, 26 de noviembre de 2015

COLIBRÍ ZURDO

Omnipresente colibrí zurdo, de dualidad incógnita.

En un pasado lejano,
eras el guerrero a quien temía aunque, cada atardecer,
ansiaba que me eligieras, sacaras del pecho mi corazón
y lo abrasaras en el rito de iniciación
de tu muy particular forma de luchar.

Poderoso dios de la venganza,
con cinco letras y dos sílabas en tu nombre;
que, al ser pronunciadas, retumbaban en el cielo
con la furia inherente a tu tradición.

Revoloteabas en mi mente infantil,
como ese en quien asentaba el firme deseo de ser protegida.
Invisible, pequeña en mi mundo personal.
Observando cada uno de tus pasos desde mi silencioso rincón,
hasta ese día en que un roce de tu mano,
me hizo llegar al paraíso prometido.

Nunca besé tus labios de dulce de amaranto,
jamás acaricié tu cabello de sol.
Y aun así, me perteneciste un metztli completo.
Hoy has regresado al mundo al que perteneces,
dejándome de nuevo en el doloroso silencio de la flor y el canto.

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