lunes, 25 de abril de 2016

PERRO

Imagen propiedad de Alexander Piñón Trinidad
Perro no tiene una casa, tiene varias.

Está la de doña Paz,
la viejita que lo baña.
A veces le deja espuma en la cola,
(doña Paz casi ya no ve).
Y siempre le da de comer pollito desmenuzado.

Perro tiene también,
la casa del señor Lupe,
él a veces se olvida de amarlo
y no lo abraza o le rasca las orejas,
pero nunca le hace falta un gran plato de croquetas.

Y perro también tiene otra casa.
Ellos casi nunca están
pero el niño de ese lugar,
es el dueño al que perro más ama.

Él es un pequeño especial.
Tiene muy poco cabello y no puede salir a jugar.
Y cuando no está a su lado,
perro siempre lo extraña.

Aunque sabe que al volver,
después que doña Paz lo baña
y don Lupe le acaricia las orejas,
perro llegará con niño
y lo cuidará de los malos sueños,
acostadito en su cama.

lunes, 18 de abril de 2016

GATO

Imagen propiedad de Alexander Piñón Trinidad
Entra de un salto por la ventana
(plinkplin plankeo)
y deja huellitas en el piso:
son marcas de color nube de lluvia.

Y si sus patas están mojadas,
(tlinktlin tlinkeo)
entonces sus huellas son del color
del azúcar caramelo.

Pero si duerme y en sueños brinca,
(¡Shh! ¡No hay que hacer ruido!)
sus huellas son de colores arcoiris.
Y para que se vean mejor



es por eso que el gato es negro.

lunes, 11 de abril de 2016

SERPIENTE

Para Kukulkán
Imagen propiedad de Alexander Piñón Trinidad
Serpiente no es alegre
ni siquiera sabe bien cómo es eso de reír
a pesar de sus enormes colmillos,
que no enseña a menudo.

A su dueña,
niña extraña,
le gustan sus fuertes abrazos.
Los siente como muestra de cariño.

La besa y serpiente se asusta.
No se acostumbra a que le muestren
algo que no sea temor o repulsión.

Muerde a su dueña en los labios
como diciéndole:
“Déjame. No quiero más amor”.
Pero ella,
niña extraña,
no llora.
Aprende que el cariño de su amiga,
es también extraño.

Como ella.

viernes, 8 de abril de 2016

TLAJO

Debes creerme que ahora que no estoy en ti,
no te extraño.

No soporto tu oscuridad
que llenó de lágrimas mis ojos;
ni tu ser que no es piedra, ni asfalto.

No soporto el amarillo de tu falsa sonrisa,
ni la tristeza del niño que en ti habita.
O la suciedad en la que estas envuelto de un modo perenne.

Nunca me gustaste porque me quitaste lo único que era
y a cambio me ofreciste soledad
y lejanía
y un frío eterno, aún en el día más cálido.

Y flores. Rosas que nunca fueron mías.

Hoy a la distancia,
curo mis heridas de ti.
Del que es
tan solo un puñado de tierra en el rincón.



Solo eso.

miércoles, 6 de abril de 2016

BALAUR

I
Dragón del mar obscuro:
Abrázame.
Abrásame.

II
En el abrazo de tus alas
encuentro cobijo a la distancia.

III
Amado dragón
de dulce de coco rallado.

IV
Bésame dragón.
Veamos a dónde nos lleva
el roce de nuestros labios.

V
Y tus abrazos y besos
(que me dan el calor del sol)
¿Hacia dónde nos llevarán,
amado Dragón?

VI
Quizá esto sea el sueño
y lo que pasa con nosotros cuando duermo
sea la realidad,
dulce dragón.

VII
Duerme
bello dragón de ojos obscuros
y sueña conmigo.

lunes, 4 de abril de 2016

PEZ

Imagen propiedad de Alexander Piñón Trinidad
Para Evan

Pez es muy hermoso,
de color azul eléctrico
y larga cola con un suave movimiento
que cualquier bailarina de danza árabe envidiaría.

Él vive solo pero no es solitario.
Tiene muchas cosas para entretener su tiempo:
Una cueva para esconderse de niño;
sus plantas de plástico,
por las que pasa para peinar sus escamas
bastante seguido.
Y se refleja en el espejo que su dueña en el piso le puso.

Señor Pesh (así le dice niño),
vive en un mundo de color:
Su dueña, mamá de niño, es pintora
y él ve pasar frente a sus ojos,
todo tipo de pinturas, dibujos y fotografías.

Y aunque parezca solo un lindo animal,
Señor Pesh sabe distinguir los bellos colores
que pinta su dueña
de lo que hacen los demás.

viernes, 1 de abril de 2016

FUGA

Se te escapó la forma.
Se te escapó el fondo.
Y el por qué y el cómo y el dónde y el con quién.

Se te fue de las manos,
perdiste el interés en el ritmo,
dejaste que cambiara de color.

Te ausentaste. Enmudeciste.
Desorganizaste la perfecta ecuación.

Lo olvidaste y con ese simple hecho,
dejaste que muriera el amor.