El sonido, cada vez es más opaco. Lejano.
Me has arrancado los aromas
que surgen de la cocina de la abuela
y el anhelo de saborearte, se ha llevado mi hambre a otro lugar.
Tu ausencia me seca las noches,
me pudre la esperanza
anida polillas en mis vísceras.
Vence el cimiento de mi ser.
Pierdo el cielo y el infierno
y me quedo en ese lugar en que ni siquiera el viento sopla.
En la desolación de un desierto artificial
creado para aquella que te adora y no puede tenerte.
Creado para mi, especialmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario